Me ha pasado algo realmente curioso. He escrito un comentario para alguien en inglés, entro de nuevo al blog sin querer y me veo a mi misma, mi pequeña fotico de hace más de 4 años, con palabras que en este momento yo misma no entiendo.
No pude escribir eso.
¿De verdad fui yo?
Me desdoblo o qué...
Vuelvo a ver el último post que escribí en este blog y descubro que fue este mismo mes que casi termina.
Tampoco pude ser yo.
Tengo un doble que sabe mis claves y se mete en mis cuentas. Sabe mejor inglés que yo y escribe cosas que ya me gustaría decir a mi.
La idea del doble tiene algo de impenetrable. Aún me acuerdo de aquél libro que leí de Dostoiesky y que me gustó tanto, ese funcionario que descubre de repente que tiene un doble.
A mí los gemelos univitelinos siempre me han parecido medio siniestros...
Yo recuerdo que había una leyenda urbana, no sé si me recuerdo que dicen que fue creada por Freud (disculpen mi ignorancia), en donde se explicaba que el encuentro con el doble, que existe, en serio que sí, era la sentencia inevitable de una muerte próxima.
De allí me dije: Dios me libre de encontrarme con mi doble...
jajajaja
Últimamente, cuando me siento particularmente mal, me imagino a mi misma abrazando a una yo que sé que soy yo y que con una mirada de orfandad me pide que le dé un beso, no me asquea besarme a mi misma, lo hago con un sentimiento fraternal, abrazo a la yo que me gustaría ser, con 10 kg menos, por supuesto, y luego, indefectiblemente me siento mejor.
No pude escribir eso.
¿De verdad fui yo?
Me desdoblo o qué...
Vuelvo a ver el último post que escribí en este blog y descubro que fue este mismo mes que casi termina.
Tampoco pude ser yo.
Tengo un doble que sabe mis claves y se mete en mis cuentas. Sabe mejor inglés que yo y escribe cosas que ya me gustaría decir a mi.
La idea del doble tiene algo de impenetrable. Aún me acuerdo de aquél libro que leí de Dostoiesky y que me gustó tanto, ese funcionario que descubre de repente que tiene un doble.
A mí los gemelos univitelinos siempre me han parecido medio siniestros...
Yo recuerdo que había una leyenda urbana, no sé si me recuerdo que dicen que fue creada por Freud (disculpen mi ignorancia), en donde se explicaba que el encuentro con el doble, que existe, en serio que sí, era la sentencia inevitable de una muerte próxima.
De allí me dije: Dios me libre de encontrarme con mi doble...
jajajaja
Últimamente, cuando me siento particularmente mal, me imagino a mi misma abrazando a una yo que sé que soy yo y que con una mirada de orfandad me pide que le dé un beso, no me asquea besarme a mi misma, lo hago con un sentimiento fraternal, abrazo a la yo que me gustaría ser, con 10 kg menos, por supuesto, y luego, indefectiblemente me siento mejor.
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